Nos despedíamos del 2020 con ganas creyendo, pobres de nosotros, que el 2021 no podía ser peor y, seamos honestos, este año también ha venido con fuerza. Tornados, olas de calor, inundaciones, volcanes en erupción, cuarta y quinta ola pandémica. Y es que, con la rachita que llevamos, no es de extrañar que la gente se haya aventurado a descifrar cual sería la próxima catástrofe que nos deparará el futuro. Meteoritos, invasiones alienígenas, catástrofes nucleares… Todo entra dentro de la creativa imaginación de las personas que compartían a través de redes sociales sus augurios y pronósticos del futuro con divertidos memes y tuits.
Todos hemos podido ver como muchas personas hacían acopio de papel higiénico en sus casas o compraban harina como si no hubiera mañana, porque oye, si llega el fin del mundo al menos que te pille con pan de masa madre. Puestos a esperar el fin del mundo, mejor hacerlo con una sonrisa y una buena taza de té, o eso es lo que debió de pensar el equipazo creativo de Niiiiice world cuando decidieron lanzar su línea de infusiones sobre el fin del mundo.
Abre las cortinas, pon agua a hervir y escoge qué infusión quieres tomarte para contemplar desde tu ventana las peculiares catástrofes que nos podría deparar el futuro. Nuclear Detox (un poquito de detox con sabor a vainilla y canela), Pandemic Chill (jengibre y limón para reforzar las defensas), Peace Invasion (hibisco y lavanda para tener la piel como nueva), Mint Wildfire (refrescante menta y romero para mejorar la respiración) o Meteor Calm (valeriana y camomila para dormir sin problemas) son los originales nombres de estas “relajantes” infusiones inspiradas en desastres que, las cosas como son, cada vez nos parecen menos improbables.
No solo la idea es brillante, las ilustraciones, que entremezclan imágenes de niños jugando inocentes y desprevenidos mientras al fondo se avecina una inminente y variopinta catástrofe, hacen que el packaging del producto vaya en total consonancia con el tono general de la campaña. Una muy acertada forma de llegar al espectador con una potente y atractiva imagen visual con un estilo vintage.
La maravillosa campaña dirigida por Borja Pakrolsky y Javier Bidezabal nos anima a recibir lo que tenga que venir con buena cara y a saborear las pequeñas cosas de la vida como un té bien calentito. Nos invitan a disfrutar de lo imprevisible e inevitable y a despreocuparnos un poquito más de las cosas, pues, como ya dijo el célebre dramaturgo Oscar Wilde: “Todo estará bien al final, si no está bien no es el final”.
Actitud positiva, relajada e hilarante para tomarse la vida con un poco de humor y amenizarnos el fin del mundo, que con la que llevamos encima lo último que nos faltaba es no quitarle peso al asunto. Rigoberta Bandini ya lo dice en la maravillosa letra de la canción Too many drugs: "...ahora hablaremos de que todo estará bien, tomando un té".
¡Al mal tiempo, buena cara!