Las raíces históricas de esta popular y secular tradición se remontan a 1621, cuando los peregrinos británicos pudieron disfrutar de la primera cosecha en la recién fundada colonia de Plymouth. Se celebra el cuarto jueves de noviembre en Estados Unidos y el segundo lunes de octubre en Canadá. Durante este día se hace un gran banquete donde reunir a familia y amigos para compartir la comida. Pero, ¿sabes el motivo por el que los peregrinos disfrutaron tanto de esta comida?
No se puede abordar el origen del día de Acción de Gracias sin hacer referencia al contexto religioso en la Inglaterra de 1600. Sí, Acción de Gracias es una celebración americana pero sus orígenes están inevitablemente ligados a la historia británica. La mejor forma de comprender las religiones en Inglaterra es imaginártelas como si fueran un árbol. El tronco principal del árbol es el cristianismo y de él salen muchas ramas. Esas ramas son las distintas facciones del cristianismo como la Iglesia católica, la ortodoxa, la protestante… De cada una de ellas salen ramas más pequeñas. Por ejemplo, dentro de la rama protestante podemos encontrar distintos grupos: puritanos, calvinos, anglicanos, luteranos y un largo etc.
En 1600, los protestantes estaban descontentos con la Iglesia de Inglaterra, no compartían los mismos valores y comenzaron a sentir la necesidad de purificar y renovar su fe. En este momento surgieron los llamados puritanos. Básicamente eran protestantes que buscaban alejarse de las prácticas católicas de la Iglesia de Inglaterra. Todos los grupos religiosos protestantes que renegaban de la Iglesia de Inglaterra eran los conocidos como disidentes. Todos ellos eran partidarios de una reforma de la iglesia, cada uno a su modo. En este caso, nos centraremos en los puritanos que son los protagonistas de esta historia. Ellos rechazaban tanto a la Iglesia católica como a la Iglesia anglicana y creían ciegamente en la predestinación. Los puritanos que querían formar su propia congregación y constituir un grupo independiente eran llamados separatistas. Algunos de estos separatistas decidieron partir hacia el Nuevo Mundo para poder ser libres de formar una colonia bajo sus dogmas y creencias. Estos son los que llamamos Pilgrim Fathers o Padres Peregrinos. ¿Por qué irse tan lejos y asumir tantos riesgos?
Como muchos sabréis, en Inglaterra el poder ha ido pasando por muchos reyes y reinas, cada uno con sus creencias y prácticas. Es decir, cuando el que estaba en el poder era protestante los católicos estaban en el punto de mira y viceversa. Y lo de punto de mira no es figurado. El rey James I comenzó una persecución hacia todos los que estuvieran en contra de la Iglesia de Inglaterra. La inestabilidad política que reinaba y la fulminante persecución fueron los motivos por los que muchos puritanos se convirtieron en peregrinos y se aventuraron a comenzar una nueva vida primero en Holanda y luego en América. Recordemos lo que hemos mencionado arriba, los puritanos creían por encima de todo en la predestinación. Es decir, muchos se consideraban como los elegidos por Dios así que puede que eso les diera la confianza necesaria para aventurarse a algo tan arriesgado.
Aquí es donde entra en escena el Mayflower. El Mayflower, que no Mayweather, era el barco en el que partieron nuestros protagonistas, los puritanos o Padres Peregrinos, como queráis llamarlos. Eran unas 100 personas que decidieron cruzar el charco en busca de oportunidades y nuevos comienzos en Nueva Inglaterra. Lo que hay que reconocer es que atreverse a cruzar el Atlántico en el siglo XVII era tener un par. Ahora no supone ninguna hazaña, pero en 1620 la única forma de hacerlo era en barco y tras 66 días de larga travesía, que se dice pronto.
El GPS de la época y alguna que otra tormenta les desvió y, en lugar de llegar al destino previsto, la colonia de Jamestown en Virginia, llegaron al cabo Cod en el extremo oriental de Massachussets. Allí fundaron la colonia de Plymouth. Los comienzos nunca fueron fáciles, y eso lo saben bien los peregrinos del Mayflower. La escasez de comida, el duro invierno y los constantes brotes de enfermedades diezmaron tanto la población como los ánimos y la esperanza con la que partieron.
Los Padres Peregrinos se convirtieron en una parte fundamental de la historia de América y existe buena prueba de ello. Of Plymouth Plantation, o Del asentamiento de Plymouth en castellano, es el diario manuscrito que escribió William Bradford, el que era por entonces líder de la colonia de Plymouth. En él relata cómo fue la travesía al Nuevo Mundo y la fundación de la colonia en el estado de Massachussets.
Los pocos peregrinos que resistieron las duras condiciones movieron su asentamiento hacia otra zona donde estrecharon lazos con la tribu Wampanoag. Squanto, un nativo americano de la tribu, fue un gran aliado que enseñó a los desnutridos peregrinos a cultivar maíz, a pescar y les dio algunas nociones básicas sobre las hierbas comestibles y venenosas. Esto forjó una alianza (no muy duradera) entre los indígenas locales y los peregrinos europeos. Fue en noviembre de 1621 cuando los peregrinos pudieron disfrutar de la primera cosecha con éxito.
No obstante, la celebración del día de Acción de Gracias no se hizo oficial hasta 1863. En plena Guerra Civil americana, el presidente Abraham Lincoln declaró el 25 de noviembre fiesta nacional. No son pocas las personas que siguen creyendo que este hecho no fue más que una estrategia política para calmar la tensión durante esos años y crear un sentimiento de unión, muy necesario, entre los distintos estados.
Lo que está claro es que la suerte de los puritanos cambió radicalmente gracias a los nativos que compartieron su conocimiento con ellos y les ayudaron a sobrevivir. Ese primer día de Acción de Gracias, nativos y peregrinos juntos compartieron la primera cosecha como forma de agradecimiento a la segunda oportunidad que les estaba dando la vida. Hay que ver la de cosas buenas que ocurren cuando las personas se ayudan y aun así el ser humano sigue equivocándose, una y otra vez.
Happy Thanksgiving!